Durante la Semana Santa pudimos obtener para nosotros mismos o para los difuntos el don de la indulgencia plenaria.
Una indulgencia plenaria es una gracia que concede la Iglesia Católica, por los méritos de Jesucristo, María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como consecuencia del pecado.
La indulgencia aplica a pecados ya perdonados. Se puede decir que con la indulgencia plenaria limpia el alma y la deja como si el fiel recién se hubiera bautizado.
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