«El mandato del Señor de salir a anunciar el Evangelio –afirma el Papa– presiona desde dentro, por enamoramiento, por atracción amorosa». El Espíritu Santo está en el corazón del proceso. No se trata de todas formas de una «decisión tomada en el escritorio» o en nombre de «un activismo autoinducido», sino algo que requiere «entregar con palabras sobrias y precisas el testimonio mismo de Cristo».

domingo, 21 de abril de 2019

Yo Soy la resurrección y la vida, el que cree en mi aunque esté muerto vivirá. (Jn 11, 25-27)


Nosotros hoy, queremos contemplar con fe el testimonio inalterado de la Iglesia, que desde la Ascensión del Señor cree y celebra al Resucitado en cada Misa, hasta que Él vuelva. El signo para nosotros (como para el discípulo amado), es la misma Iglesia, que a pesar de su debilidad y los defectos de sus miembros, permanece siempre estable a través de los siglos, para dar testimonio de la Palabra del Señor y llevar a todos los hombres la Buena Noticia de la Salvación. Este es el gran signo de que Jesús está vivo, pues de lo contrario el milagro viviente que es la misma Iglesia, no podría sostenerse. Se confirma así la Palabra de la Escritura: Jesucristo ha resucitado.
Y si analizamos nuestra propia vida, encontraremos también muchos signos, que nos ha dado el Espíritu Santo que recibimos en el Bautismo y viendo todo esto, queremos creer hoy aún más, crecer en la fe.

"Aceptemos al Señor y vivamos intensamente la Pascua que hoy inicia”, Card. Salazar


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