La doctrina social de la Iglesia expone las obligaciones de los gobernantes y de los ciudadanos de promover y defender todos los derechos humanos (el mas fundamental es el derecho a la vida) y buscar el bienestar de todos.
Que nadie esté por encima de la ley y nadie fuera de su amparo.
Los políticos deben recordar el deber moral que tienen en su actuación pública, especialmente a los legisladores, de mantenerse fieles a la Doctrina del Evangelio, conservando su compromiso claro con la fe y no apoyando leyes contrarias a los principios morales y éticos como son los que atentan contra el derecho a la vida o en contra de las instituciones de la familia y el matrimonio.
Solo la adhesión a convicciones éticas profundas y una actuación coherente pueden garantizar una acción pública, honesta y desinteresada, de los legisladores y gobernantes."
¡Votemos con Responsabilidad!
Los católicos debemos participar en la política como ciudadanos responsables, por el bien de todos. La solución a la corrupción no es abandonar la política sino participar en ella con principios cristianos. Jesús nos dijo que somos sal y luz del mundo. Esto debe aplicar primero a nuestra vida pero, si esta es auténtica, se manifiesta también en la política. La sal preserva de la corrupción, la luz permite que se vea la verdad.
Es necesario formarse en la fe y la doctrina social de la Iglesia para discernir sin dejarse seducir por las pasiones y las mentiras que se presentan en las campañas electorales.
Gaudium es Spes, 43: El cristiano que falta a sus obligaciones temporales, falta a sus deberes con el prójimo; falta, sobre todo, a sus obligaciones para con Dios y pone en peligro su eterna salvación.
Es sorprendente como la propaganda de los medios engaña a la gente, como creemos las cosas solo porque se repiten. Debemos examinar objetivamente cómo los candidatos han actuado en el pasado.
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